Ahora que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) prohibió el colorante rojo número 3, son muchos los que critican o cuestionan la seguridad y la autorización por parte de la FDA del colorante rojo número 40 y otros cinco aditivos colorantes de uso común en Estados Unidos.
El colorante rojo n.° 3, derivado del petróleo y conocido químicamente como eritrosina, es un aditivo sintético utilizado para dar a los alimentos y bebidas un color rojo cereza. Se ha permitido el uso de este colorante en alimentos, bebidas y medicamentos ingeridos a pesar de que la cláusula Delaney de la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos “prohíbe a la FDA aprobar un aditivo colorante ingerible si provoca cáncer en animales o seres humanos al ser ingerido”.
Hace más de 30 años se descubrió que este colorante provocaba cáncer en ratas. La decisión de la FDA esta semana de revocar la autorización para el uso del colorante se produjo a raíz de una petición presentada en 2022 por organizaciones de defensa y particulares que citaban esta investigación.
El colorante rojo número 40, también derivado del petróleo, se ha considerado una alternativa más saludable, ya que no se ha asociado ampliamente con el cáncer en animales. Pero los expertos afirman que el cáncer no es la única amenaza potencial para la salud que hay que tener en cuenta cuando se trata de colorantes artificiales, y que existen otras razones por las que la FDA debería revisar su normativa sobre el colorante rojo n.° 40, así como sobre los colorantes amarillos n.° 5 y 6, los colorantes azules n.° 1 y 2, y el colorante verde n.° 3. Todos estos aditivos son derivados del petróleo.
CNN se puso en contacto con la FDA para obtener sus comentarios.
He aquí lo que muestran las investigaciones y cómo puedes evitar el consumo de estos colorantes.
Riesgos de los colorantes para la salud
Gobiernos, investigadores y grupos sin fines de lucro han planteado preocupaciones sobre otros colorantes durante años.
“En 2021, la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental de California realizó la evaluación más rigurosa y exhaustiva hasta la fecha de las pruebas que relacionan los colorantes alimenticios sintéticos con problemas neuroconductuales en algunos niños”, afirma el Dr. Thomas Galligan, científico principal de aditivos y complementos alimentarios del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés). Esa evaluación incluía todos los colorantes alimenticios artificiales, no solo el rojo número 3.
En septiembre, California prohibió el rojo n.° 40 en los alimentos y bebidas que se venden en las escuelas públicas, alegando estas preocupaciones. Otro estudio encontró una posible relación entre el colorante rojo n.° 40 y la aceleración del crecimiento de tumores en el sistema inmunológico en ratones, y otras fuentes afirman que el colorante contiene benceno, un conocido carcinógeno.
El colorante azul número 1 se ha relacionado con retrasos en el desarrollo, dificultades de comportamiento e inhibición del desarrollo de células nerviosas en animales, mientras que el colorante azul número 2 ha provocado un aumento de la incidencia de tumores en ratas, según un estudio de 2021. El colorante azul n.° 1 y el amarillo n.° 6 también pueden ser tóxicos para algunas células humanas, según un estudio de 2015.
De los siete colorantes artificiales mencionados, el colorante verde número 3 es el menos utilizado, según el organismo Environmental Working Group. Pero el consumo de esta sustancia química se ha relacionado con un aumento significativo de tumores de vejiga en animales.
Tan solo 1 miligramo de colorante amarillo n.° 5 puede afectar negativamente al estado de ánimo o al comportamiento de los niños sensibles, ya que puede provocar irritabilidad, inquietud y trastornos del sueño. Y se ha descubierto que tanto el colorante amarillo n.° 5 como el n.° 6 están contaminados con bencidina, una sustancia química cancerígena, u otros carcinógenos.
En animales, muchos de estos colorantes también se han asociado a alteraciones de la memoria y la capacidad de aprendizaje, según el Dr. Michael Hansen, científico jefe de Consumer Reports, una organización sin fines de lucro que ayuda a los consumidores a evaluar bienes y servicios.
Según los expertos, se desconocen los posibles mecanismos que subyacen a las relaciones entre los colorantes artificiales y los resultados en la salud neuroconductual.
Cuantificar el riesgo de los colorantes
Algunos estudios con animales han demostrado que los colorantes se metabolizan rápidamente y se eliminan por la orina horas o días después de su consumo. Pero sigue siendo probable que los colorantes alimenticios tengan un efecto acumulativo en el organismo, como demuestran los estudios sobre la exposición a corto plazo de ratas preñadas a los colorantes y los efectos a largo plazo en sus crías, según Hansen.
Esta es una de las razones por las que, en las conversaciones sobre los efectos nocivos de los colorantes para la salud, la atención se centra sobre todo en los niños, que, además de encontrarse en un periodo crítico de su desarrollo, tienen un cuerpo más pequeño. Los niños también pueden sentirse más atraídos por los alimentos de colores brillantes.
“La FDA no ha investigado a fondo estos colorantes desde los años 1960, 1970 y 1980, mucho antes de que los estudios toxicológicos pudieran detectar sus efectos sobre el comportamiento y el cerebro de nuestros hijos”, dijo Scott Faber, vicepresidente sénior de asuntos gubernamentales del Environmental Working Group, a través de correo electrónico.
“Las reuniones celebradas en 2011, del (Comité) Asesor de Alimentos de la FDA, y en 2019 del Consejo Científico de la FDA, fueron reuniones de profesionales, no revisiones exhaustivas que las agencias llevan a cabo a la hora de decidir si las sustancias químicas son seguras”, añadió Faber, también profesor adjunto de Derecho en el Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown. “Si hay dudas sobre la seguridad de una sustancia química alimentaria, la FDA está legalmente obligada a prohibir o restringir su uso”.
Los niveles de exposición considerados seguros hace décadas deben reconsiderarse a la vista de las nuevas pruebas, según los expertos. Si se redujeran los niveles actuales de ingesta diaria admisible, es probable que las dietas actuales de la gente superaran esas dosis, según la evaluación de California de 2021.
“Como (los colorantes) se enumeran por su nombre, pero no necesariamente por su cantidad, es prácticamente imposible que un consumidor sepa exactamente a cuánto se está exponiendo”, dijo Galligan, del Centro para la Ciencia en el Interés Público. “Lo que recomienda el CSPI es que los consumidores eviten por completo los productos que contengan cualquiera de ellos”.
También es cierto que, de todos los factores que contribuyen a las enfermedades crónicas, los colorantes alimenticios por sí solos no son los más significativos en comparación con factores como la obesidad, señaló el Dr. Jerold Mande, profesor adjunto de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.
Tampoco está claro qué colorantes entrañan más riesgos que otros, debido a la falta de investigación y financiación, obstaculizada por los grupos de presión de la industria, añadió Mande, CEO de Nourish Science, una organización no gubernamental centrada en la crisis nutricional de Estados Unidos. Pero algunos de estos colorantes están prohibidos desde hace tiempo en la Unión Europea, Canadá y otros países sin la presión de una cláusula Delaney.
“El pueblo estadounidense es diferente al respecto. Llevamos como una especie de insignia de honor que rechazamos el principio de precaución”, dijo Mande, que da prioridad a hacer algo para reducir los daños potenciales de un problema, incluso si el nivel exacto de riesgo no está totalmente claro.
Evitar los colorantes artificiales
“Lo único que pueden hacer los consumidores ahora mismo es mirar las listas de ingredientes de los alimentos que piensan comprar en el supermercado. Pero debo decir que es una carga bastante pesada”, afirma Galligan. “Hacer la compra ya lleva bastante tiempo. Por eso tenemos la FDA, para que los consumidores puedan comprar con confianza y sin tener que pensar en estas cosas”.
“El hecho de que la FDA imponga esta carga a los consumidores es totalmente inaceptable”, añadió Galligan. “Esta cuestión no hace sino empeorar cuando hablamos de comer en restaurantes, donde las listas de ingredientes no están precisamente al alcance de todos”.
Los colorantes alimentarios artificiales se encuentran sobre todo en alimentos y bebidas ultraprocesados, por lo que evitar esos productos es un atajo para eliminar los colorantes de la dieta, según declaró esta semana a CNN la doctora Jennifer Pomeranz, profesora asociada de Política y Gestión de la Salud Pública de la Universidad de Nueva York.
Sin embargo, los colorantes no solo se encuentran en los alimentos de colores llamativos, por lo que es importante leer las etiquetas, según Galligan.
Según Galligan, es más probable que las cadenas de restaurantes dispongan de listas de ingredientes de sus alimentos o bebidas en Internet, mientras que un restaurante independiente quizá no pueda proporcionar una lista detallada.
En las listas de ingredientes, estos colorantes artificiales se denominan a veces con los siguientes términos:
- Colorante rojo n.° 3: rojo 3, FD&C Rojo n.° 3 o eritrosina.
- Colorante rojo n.° 40: rojo 40, FD&C Rojo n.° 40 o Rojo Allura AC
- Colorante azul n.° 1: azul 1, FD&C Azul n.° 1 o Azul brillante FCF
- Colorante azul n.° 2: FD&C Azul n.° 2 o indigotina
- Colorante verde n.° 3: verde FD&C n.° 3 o Verde rápido FCF
- Colorante amarillo n.° 5: amarillo 5, FD&C Amarillo n.° 5 o tartrazina
- Colorante amarillo n.° 6: amarillo 6, FD&C Amarillo n.° 6 o amarillo ocaso
Los aditivos que aparecen con la palabra “lago” en cualquier lista de ingredientes indican que se trata de una versión liposoluble, lo que significa que puede disolverse en alimentos o bebidas aceitosos.
En Estados Unidos, ya se ha prohibido el uso del colorante rojo n.° 3 en medicamentos tópicos, pero no desaparecerá de los alimentos ni de los medicamentos ingeridos de inmediato. Los fabricantes que utilizan el rojo n.° 3 en alimentos y medicamentos ingeridos tienen hasta el 15 de enero de 2027 y el 18 de enero de 2028, respectivamente, para reformular sus productos, según la FDA.
Según los expertos, todavía está permitido el uso de otros colorantes tanto en medicamentos tópicos como ingeridos, por lo que puede averiguar si sus medicamentos contienen colorantes leyendo la lista de ingredientes en el etiquetado o el prospecto del medicamento.
Las alternativas a los medicamentos con colorantes incluyen la compra de fármacos sin ellos o acudir a una farmacia especializada que pueda fabricarlos sin aditivos. Pero buscar estas opciones puede ser difícil, dijo Galligan, especialmente si usted o su hijo están enfermos.
Consulta siempre a tu médico antes de cambiar de medicamento o añadir uno a tu rutina.